Sé que la maternidad en la adolescencia puede ser vista como algo negativo o incluso como un obstáculo para el éxito. Nunca olvidaré que lo primero que me dijeron cuando anuncie mi embarazó a los 17 años fue: ¨ La embarraste, arruinaste el resto de tu vida ¨
Hoy en día comprendo que el ¨ resto de mi vida ¨ todavía era un camino muy largo y lleno de oportunidades que no se iban a arruinar por el hecho de ser mamá.
Desde mi experiencia personal, quiero compartir con ustedes que la maternidad adolescente no ha sido lo peor que me ha pasado, sino todo lo contrario.
Cuando quedé embarazada a los 17 años, mi vida cambió de manera radical. De repente, tenía una gran responsabilidad y estaba enfrentando desafíos que nunca había imaginado. Sin embargo, a medida que me adaptaba a mi nueva realidad, comencé a darme cuenta de las oportunidades que se me presentaban.
Recomendación: A la próxima madre adolescente que veas no le hagas comentarios de rechazo y mucho menos le hagas la predicción del resto de su vida. En cambio, intenta motivarla, levantarle el ánimo, recordarle que tendrá un millón de oportunidades valiosas por aprovechar el resto de su vida como mujer y como mamá. No cometas el error de limitar las posibilidades de crecimiento de nadie.

La maternidad adolescente me enseñó a ser fuerte, a ser independiente y a ser responsable. Me obligó a madurar rápidamente y a tomar decisiones importantes. Además, me dio la oportunidad de ser un modelo de superación para mi hija y para otros jóvenes en situaciones similares.
Ser madre adolescente también me ayudó a encontrar mi pasión y mi propósito en la vida. Comencé a trabajar en un negocio propio y me di cuenta de que podía ser exitosa y ser una buena madre al mismo tiempo. Mis hijas son mi mayor motivación para seguir adelante y alcanzar mis metas.

Además, quiero destacar que no estoy diciendo que la maternidad adolescente sea fácil, pero tampoco es imposible. Se requiere de mucho esfuerzo, dedicación, apoyo, pero sobre todo se requiere mucho de crecimiento personal y de aprender a silenciar los comentarios de tu entorno para lograr alcanzar tus objetivos.
Varias veces me han preguntado si volvería a ser mamá a los 17 y la verdad la respuesta, aunque no es un rotundo SI, es positiva. Cuando ubique mi propósito de vida mis hijas ya eran unas adolescentes, esto me permitió seguir mi pasión, mis sueños, emprender.
Sé que cuando comprendí lo que realmente quería para mí a los 30, me hubiera convertido en mamá, sería mucho más difícil perseguir mis sueños, ya que la maternidad en sí es compleja y entre más envejecemos más nos llenamos de miedos. Por ej: ¿Con quién dejaría a mis niñas pequeñas mientras iba en mis viajes de negocios?
Gracias a que tuve mis hijas a temprana edad, no solo hoy puedo compartir y discutir con ellas mis metas y sueños, también tengo la oportunidad de que viajen conmigo, visiten y conozcan nuevos sitios.
En conclusión, la maternidad adolescente no es lo peor que me ha pasado, sino todo lo contrario. Me ha enseñado valores fundamentales, me ha ayudado a encontrar mi pasión y mi propósito en la vida, y me ha dado la oportunidad de ser un modelo de superación para otros jóvenes.
Así que no permitas que la opinión de los demás te impida tomar decisiones importantes en tu vida y siempre tengas en cuenta que todo es posible si tienes determinación y apoyo.
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